domingo, 22 de noviembre de 2009

LAS VOCALES MALIGNAS

Otro ejercicio para el Laboratorio de Cuento Fantástico.

Escoger dos de los siguientes tres temas y elaborar un cuento con la restricción de no poder usar palabras que incluyan la vocal entre paréntesis:

LAS BRUJAS PUTONAS (E)
VIENEN DE JÚPITER (O)
EL ZOOLÓGICO PORNO (A)


LAS BRUJAS PUTONAS (E)
-¿Cuánto?
-¿Parcial o total?
-Total
-Cinco mil
-Vamos
Cortinas raídas. Colchón mullido. Toma la daga: fría, filosa. Lo miran. Finaliza su copa.
-Listo
-¡Traigan al niño!
Lo animan con danzas paganas. Alza la mano. Pupilas dilatadas. La daga brilla. Lágrimas. Alfombra manchada. Pastillas tiradas. Brisa alcohólica. Las mira: abrazadas, dormidas. Roza sus labios. Susurros. Acaricia sus nalgas. Gritos ahogados. Miradas difusas. Calma. Toma otra copa junto al balcón. Suspira. Salta. La luna atrapa sus últimas palabras:
-¡Al fin inmortal!

VIENEN DE JÚPITER (O)
Viajar a Júpiter era la fantasía de Ganimedes. Visitar la Luna le parecía cursi. ¿Marte? ¡Qué va! Júpiter, Júpiter. Quería ver el planeta de Zeus, la estrella fallida. Deseaba perderse en su gran mancha carmesí.
Leía, estudiaba. ¿Qué necesitaba? Una canastilla, cuerdas, una buena parvada de aves previamente entrenadas, agua, libreta, mapas…
Días, meses. La espera llegaba a su fin. Saldría al despuntar la mañana.
La gente cantaba y aplaudía mientras se elevaba. Lágrimas derramadas.
–Ganimedes, éste es tu día.
Acariciaba las nubes y reía sin parar. Apuntaba en la libreta. Nada se le escapaba. Imaginaba su Viaje a Júpiter en las vitrinas de las librerías.
Lluvia y más lluvia. Ganimedes miraba tristemente las alas húmedas e inservibles de sus aves. Le parecía que la Luna se burlaba de él.
–Este es el final.
Días después, en las esculturas de Satélite, se hallaba media parvada de las aves viajeras.
-¿Y esas?
-Vienen de Júpiter- decía la gente.

EL ZOOLÓGICO PORNO (A)
Formol en el viento, semen en el piso. Luces intermitentes, fluidos en ebullición. Este es el recinto secreto del doctor Kilmister.
Retiró del escritorio sus últimos experimentos: el turbo-chivo, el cewino, el tinedillo y el exitoso perro pindoguro El gobierno le ordenó un nuevo proyecto: un súper-hombre. Sin sentimientos ni cerebro. Sin sexo ni fe. Obediente e invencible. Reunió los injertos suficientes. Dispuso de códigos genéticos. Compró equipo nuevo. Desinfectó el bisturí y el fórceps. Estudió los cinco tomos de Genetics y leyó ese viejo libro escrito por Shelley.
-Un incendio terminó con “el zoológico porno”- informó el blog Científicos Extremos.

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