domingo, 22 de agosto de 2010

MACABREANDO 01

Llegó MACABRO 2010.



Todo comenzó en la Cineteca Nacional con SOMOS LO QUE HAY de Jorge Michel Grau (México 2010). Lamentablemente no pudimos entrar (a pesar de contar con invitación), así que si alguno la vio, será bienvenida su reseña.

Con VIDA Y MUERTE DE UNA BANDA PORNO de Mladen Dordevic (Serbia 2009) inauguramos oficialmente nuestro MACABRO. Decepción total. La idea prometía: Marco, un novel director, ante la falta de apoyo para filmar su primer largometraje, se ve forzado a hacer películas porno que repentinamente mutan a vídeos snuff. La forma de contarnos esta historia es a través de un vídeo-diario en el cuál Marco registra todos sus movimientos para posteriormente hacer un documental que muestre la vida de los jóvenes directores. El problema con esto, además del mareo para los susceptibles, es que hay muchas escenas que no sabemos de dónde salieron porque nadie estaba grabando... El inicio, donde Marco nos enseña sus proyectos escolares, es bastante divertido: cortos totalmente de Serie B. Luego viene la parte porno y después un espiral de drogas donde Marco y su banda caen estrepitosamente. La transición hacia el snuff no es lo suficientemente creíble. El director se pierde con tantos personajes. Quiere profundizar en cada uno de ellos pero no lo logra y, al final, todo indica que la gran moraleja es: el que hace mal la paga...

Las cosas mejoraron infinitamente con ALICE de Jan Svankmajer (República Checa-Suiza 1988) que después reseñaré en un post dedicado exclusivamente a la retrospectiva/homenaje que MACABRO 2010 dedicó a este gran director.

Después llegó el 30 aniversario de VIERNES 13 de Sean Cunningham (E.U. 1980) con la presentación amena de Remi Jackson, perteneciente a los payasos negros que habitan Clowntown y con la presencia del mismísimo Jason Vorhees. Este clásico de las cintas slasher ha envejecido. Dan risa los diálogos y en lugar de soltar un grito ante las situaciones apremiantes soltamos una carcajada. Además, Jason ni aparece, todo gira en torno a su madre. A pesar de esto, nadie le puede quitar el estatus de clásico y los efectos visuales, a cargo del maestro Savini, siguen funcionando. Fue agradable poder verla en cine.

Al día siguiente acudimos a otra de las sedes de MACABRO 2010: El cinematógrafo del Chopo (dentro del Museo Universitario del Chopo) para ver de César del Álamo (España 2009). Sorpresa total. Primero por la remodelación de la sala (en el siguiente post podrán ver algunas fotos) y segundo por la película. El peso de la historia recae en un solo personaje, Luisa, a la cuál le empiezan a suceder cosas extrañas dentro de su departamento. La dirección de arte y la música original son impecables. El director demostró que con una buena historia no se necesita de dinero. Me hubiera gustado (mucho) que la hubieran rodado en formato de cine y no de vídeo, pero (supongo) eso hubiera incrementado demasiado su costo. Imperdible.

De regreso en la Cineteca, además de FAUST (República Checa-Reino Unido 1994) y CONSPIRATORS OF PLEASURE (República Checa 1996) de Jan Svankmajer que después comentaré, vimos I SELL THE DEAD de Glen Mcquaid (E.U. 2008) donde nos cuentan la historia de Arthur y Willie: un par de profanadores de tumbas. Es una comedia negra ligera e hilarante excelentemente bien ambientada y que cuenta con las actuaciones de Larry Fessenden, Ron Perlman y Dominic Managhan.

Para finalizar (con broche de latón) el fin de semana: AL FINAL DEL ESPECTRO de Juan Felipe Orozco (Colombia 2006). Realmente mala. Es una mezcla de los remakes a cintas orientales como El aro, La maldición, Premonición y demás con Actividad paranormal. O sea, ni una pizca de originalidad. El filtro azul que utiliza la vuelve monótona, sin vida. Las tomas con cámara en mano, además de innecesarias, marean. La historia en ningún momento es creíble. No hay desarrollo de los personajes. A grandes rasgos, trata la historia de una chica que tiene que recluirse en el departamento de un conocido de la familia porque no ha podido superar una reciente experiencia traumática (desde aquí iniciamos mal: la experiencia no es lo suficientemente traumática como para que el personaje esté a punto de enloquecer). En el departamento se encarga (inexplicablemente) de colocar vídeo-cámaras en todos los rincones (de muy mala calidad: las imágenes que capturan están totalmente granuladas y fuera de foco). A los vecinos nos los pintan misteriosos, maléficos. Los diálogos son absurdos, como el de la premonición: los animales y las mujeres poseen ese don. Y bueno, el homenaje que el director intentó al vestir a uno de sus personajes con el mítico suéter de Freddy Krueger es patético. Lo que más coraje me da es que invirtieron mucho dinero y nos querrán hacer creer que se trata de una gran película latina de terror. Hasta me provocó dolor de cabeza...

1 comentario:

  1. ¡Quiero de vuelta el $ de las entradas de Al final del espectro!
    CONSUELO: Sin pelis tan malas no sabrías en realidad cuanto amas las buenas.

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